Cecilia Pérez
extracto víctimas del terremoto de 1985





Te quiero cata.



me gustaría tener la misma valentía para levantarme. me gustaría que tuvieras la valentía, para, después de vencer el sueño, venir a tocar mi puerta. abrazarte y olvidarme. Apostaría mi radio a que también piensas y también sientes las lágrimas caer, que chocan con los papeles y se absorven dependiendo de su calidad. me gustaría depender de una palabra, o de una visita inesperada. Todo se disuelve. y no me refiero a esa forma macaebélica, si no que.. simplemente, las cosas se revertien. las personas los aromas las actitudes


el olor de tu polera se absorvía en mi pecho. cada vez que me levanto estás ahí. tú, sí, mi primer (y último) pensamiento. suelo levantarme con la pierna izquierda, porque mi ombligo siempre roza las sábanas. es tonto, pero hace poco me di cuenta que no todos los días son iguales. que todos tienen algo distinto. un sabor. un olor, una canción distinta. mi ánimo es distinto, todos los días soy alguien. ¿y si te dijera que hasta mis ojos se vuelven distintos?, me creerías?. mi rostro cambia, o evoluciona. como sea, mis manos suelen estar pálidas, pero con las hormigas en el estómago cambian a rojas. entre tanta risa, de mis orejas crecen serpentinas. siento que además de enamorarme, me conviertes en una escama multicolor. o en un unicornio. dicen que las apariencias engañan. nunca me engañaste, tu silueta parecía dibujada a mano. para dirigirme a ti. y de una vez por todas encontrarte. encontrar a áquel ser malditamente especial que se escondía en un tumulto. me cuesta. pero.. eres todo. y lo repetería otras mil veces si fuera necesario.