

Noviembre, 2008
fueron esos días en que teníamos en cuenta que, siempre, seríamos cuatro. como los mosqueteros. "todos para uno. uno para todos" de todos modos, era la única mujer. siempre me sentí, la más protegida. "la chistosita", la frágil, según el cristian.. la picota. la celosa y bueno, yo. con todas sus letras Junto a mis tres inseparables compañeros. eran todos los sábados, sin falta. 10:30. las tardes, los repetidos: álvaro, sapito, gioanni, nati. y luego, hasta las salidas de colegio más temprano. Juntos. cuántas veces pasamos la pasarela tomados de la mano, riéndonos de todo? cuántas veces la profe nos retó por estar tirándonos agua en verano, todas las fotos, los chascarros, los enojos y las reconciliaciones. Creo que fueron muy pocas las veces en que sentí que las horas pasaron en vano. después de todo, fueron los amigos que me enseñaron a querer lo inquerible, los únicos que modificaban mis esperanzas. los que repabaran mis heridas físicas. y los que alivianaban las psicológicas. los que me aceptaban tal y como soy. y los que (no) cambiaba por nada. y los que nunca, dejaré de llamar. mi emo. mi gay. y mi..mi loco? emos. gays bonitos.
ETERNOS
aunque no todo sea como antes, aunque no seamos cuatro. sino dos. aunque no nos veamos tan seguido. el cariño está ahí. las corrientes de aire no son tan fuertes como dicen. y mi esperanza está en mis poros. no se extinguirá, de esa sala número 34. los quiere (por siempre) la picota.