domingo, agosto 15

Siempre me llamaron la atención los cuadros del sector de la plaza de armas. siempre me llamaron la atención los teléfonos desconectados que se tragaban las monedas. los mote con huesillos, el ajetreo. siempre me llamó la atención tener más responsabilidades. tener más peso en el bolso, siempre quise tener casualidades como en las películas que te dejan marcando ocupao. siempre quise tener un alma gemela, alguien que se pareciera a mí. y que compartiera mi fanatismo (para ese entonces) por la casa azul. siempre quise tener unas mejores amigas. nunca quise sentirme rechazada, aunque fuera notoriamente tímida siempre quise tener más independencia, quizá un novio. una banda. o un problema. siempre me llamaron la atención las canciones que nunca conocí hasta que encontraron mi radio antigua (junto al inciencio hasta que se escondiera el sol) siempre me llamaron la atención los adolescentes del centro, (que, claro) eran más bonitas que yo. yo sólo era una niña. con bastantes estúpidas alucinaciones. e ilusiones. y sueños. y esperanzas. no muy interesante, bastante desconectada (para ese entonces) de la gente. siempre me llamaron la atención los pelirrojos. siempre me llamaron la atención las colegialas gritonas, risueñas libres y sin complejos. (para mi parecer) tenían demasiada personalidad. tenían suficientes amigos. quizá demasiados. siempre me llamaron la atención los bolsos coloridos, los lentes vintage y el olor a cigarro. nunca quise ser como ellos
mi rutina era la televisión, la radio, mis tres (irrepetibles) amigos, la danza en la tarde, y mi taller. después del colegio. bastante común. un profesor, no profesional, obras comunes, gente común. y yo. algo sumisa. sí. siempre me llamó la atención crecer. ir en media. siempre me llamó la atención la insignia que ahora llevo en mi pecho.
Ahora no muchas cosas llaman mi atención. quizá menos de la mitad que a los once años.
(soy menos de la mitad que era a las once años)
y ahora, que conozco todas esas cosas, toda esa mierda decorada de rosa,
me gustaría
volver a encantarme con las cosas que (pensé) eran bastante fáciles.
tener mi pelo corto, mi ombligo más pronunciado, pero mi taller. insostenible. mis razones. mis tres amigos.
sin amenazas por mis calificaciones. menos retos. y más destacaciones. sin tantos rostros grabados en mi memoria. sin tanta hormona. sin tanta regla. sin tanta próstata. sin tanto pendejo. sin tanto ovario reprimido.
con el mío me basta