lo único que necesitaba ella, era comer lo que había dejado hace días. con el frío repentino, un café caliente o una leche tibia. dibujar el resto, y volarse con los recuerdos del otoño pasao, pero que revive hoy
cassandra nunca desperdiciaba los días así, los días en que podía tomar su bufanda favorita y su encendedor, para sentirse a salvo.
antes de hacer eso, se le vinieron múltiples escenas e imágenes a la retina.
sonrío con unas, lloró por otras. siempre supo que era bipolar, realista e impotente. pero más que todo eso, era frágil como un volantín.