jueves, agosto 5


Con el paso de los días, algo ha ido cambiando en mi duodeno.
A veces veo formas extrañas en el aire, oigo carreras locas, conversaciones criminales.
Me veo perseguida y creo que me filman, donde el zoom se apodera de mí porque mucha gente quiere destruirme, cuando camino, cuando me siento en algún lugar público, siento que las personas me ven como alguien normal, pero me doy cuenta que perciben que empiezo a cambiar. Dentro de todo, siento que todas las caras que antes me perturbaban hoy me sonríen. Me paso el continuo rollo que toda la gente es exactamente igual. Robots. Mierda, nada incondicional. Desechable.
No me gusta percibir y diferenciar el odio del amor, la paz de la guerra. Mi mente se está convirtiendo en una continua cinta sin fin.